miércoles, 16 de enero de 2019

Mereces a quien se muera por verte, las ganas se le transparentan y los minutos cuenta. Mereces a quien te dedica hechos, no palabras. Mereces a quien le vuelvas loco despeinada, con la cara lavada y pantalón de chandal además de con ese vestido negro preciosamente maquillada. Mereces a quién considere tu sonrisa su casa, y su hogar tu mirada. Mereces a quien te ofrece chocolate en esos días que tienes, así, sin preguntar más nada. Mereces a quien le gusta oirte cantar, aunque sea desafinada; a quien te saca a bailar sin música, en cualquier calle transitada. Mereces a quien te deja notas, en las puertas pegadas. Mereces a quien recuerda tus lunares, tan estratégicamente puestos que pudiera dibujarlos como sí un mapa de constelaciones se tratara. Mereces a quien conoce tus cicatrices, tus defectos y también manías y a pesar de tanta imperfección, le fascinas. Mereces a quien cuando a su lado caminas , orgulloso como un pavo real sus plumas vistosas hablan y te aprieta la mano, haciéndote sentir protegida. Mereces a quien te admira, por esos pequeños pasos que das en la vida. Mereces a quien celebra tus logros y te besa en la frente en tus pequeñas derrotas. Mereces a quien no te ignora, te elige en todo momento y te dedica su tiempo. Mereces a quien te ofrece su jersey en una noche fría, al que te habla mirándote, al que te seca las lágrimas con sonrisas. Mereces a quien te da besos de buenos días, caricias de buenas noches y abrazos en la cocina. Mereces a ese que te coge desprevenida, que te alza en volandas y te contagia su risa. Mereces a quien te espera, a la salida del trabajo quizás con una cerveza, pipas o gominolas de fresa, o sin nada, pero quiere darte una sorpresa. Mereces a quien completas, a quien con sólo mirarte tiemblas. Mereces a quien te come los miedos, a quien no le asusten los precipicios, pues te estará agarrando tan fuerte, que si cae, cae contigo...

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